No sé si es una tendencia o una simple casualidad, pero llevo un tiempo viendo aparecer cada vez más objetos cotidianos apraentemente derretidos o desparramados, que me recuerdan a la magnífica obra La persistencia de la memoria de Dalí, aunque sin embargo ninguno de los autores hace referencia al genial artista.
Las lámparas Light Spill Wall Lamp son obra de la ceramista Rebecca Wilson, de la que seguro haré otro post porque me encanta su ironía a la hora de reformular piezas tradicionales.
Del diseñador francés Florent Degourc son estas dos piezas, Smooth &Smoothie, mesa y banco, que recuerdan a los chicles Boomer de cuando éramos pequeños.
Otra lámpara más la Liquid Lamp de Kouichi Okamoto, de la que me gusta mucho más el modelo de mesa, con su mancha de pintura a modo de base.
Y la que es para mí la joya de la corona de esta selección de objetos, Paint or Die but Love me, de John Nouanesing, una inquietante mesa que parece suspendida en el aire gracias a los finísimos apoyos camuflados en goterones de pintura.
A medio camino entre el arte y la ironía, estas piezas aportan un "algo más" a los objetos cotidianos.
*Imágenes procedentes de
Gadget-o 1, 2
